Salva

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*Y comience a leer lenta y entonadamente.
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Por petición, de ante todo, una gran persona:
Hoy...a alguien que quizás no me vió nacer pero que con él, aprendí practicamente, a andar y correr.
Una persona que tiene el corazon tan, tan grande que da miedo hasta mirarle.
Ese niño, con el que junto a algunos "mengajos" más, por favor no se tomen ésto a mal, ya que sólo intento recordar, recorriamos el camino desde la Sole a lo del Tomás...
No digo más, cuando recuerdo aquel con el que empecé a jugar. Cuando nuestra unica preocupación era jugar y jugar, no había tantos calentamientos de cabeza en los que pensar.
Y qué grandes éramos, de reyes nos vestiamos, barba, manta o sabana vieja ningún impedimentos le poníamos. La semana santa o el carnaval tambien lo imaginabamos.
Salvilla le decían y el se reía.
Y era tan tímida y bonita su sonrisilla, que alguna mensa le decía que a un chinito se le parecía.
Pero con cariño lo decía, pues tal vez, era la que más lo quería y esto no es ninguna tontería.
Con él, solía más de un día, bañarnos en pelotillas, dentro de una mini piscina, y que bonitos eran esos días.
Qué felices éramos y como lo pasabamos que todavia lo recordamos. Aunque siempre mal acababamos.
La señorita enfadada, uno a otro se chinchaban, salva se mosqueaba y la antonia llegaba. Mientras tanto, todos viendo el panorama y
qué risas nos entraban, el jódar desde luego, las ganaba.
Y lo mejor de todo, que la laura una escoba se gobernaba, ¡qué peligro! y con ella el miedo que a todos nos daba jeje.
Pero luego, como de constumbre, se reconciliaban y el besito de perdón, el salva le daba.
¡Qué bonito era el panorama!
Cuando la (tan visitada) casa de los franceses era, lo que el mile es ahora. Continuamente deseabamos que la tarde no terminara,
que ni el sol se despidiera ni la luna lo reemplazara. Cómo nos costaba despedirnos y terminar la jugada.
Tantas son las cosas por decir; en tan poco espacio...
LLegó un día que aunque no nos dimos cuenta, empezó a crecer, a creer y a correr. Y así es, pues en el kadett y nuevamente en el ibiza, no hace otra cosa tal vez.
Una persona como él, imposible de no conocer.
El casanova, y esto fue, que algun día dejo de creer. La culpa yo no sé, pero supongo que de una mujer que tal vez, no lo supo tener y conocer.
Y ahi fue que dejo de creer, dejo de ser el niño que fue; para ser el hombre que ahora es.
Aunque a mí, y quizás a alguien más, no nos la puede dar. Son muchos años ya y otras tantas cosas más.
Para ese piyin, el chatín irresistible, el morenazo de cazalla que a mas de una desmaya...
Al que tengo que querer, diecisiete años con él, un hermano, tal vez.
El que me sabe llevar y traer, del mile a casa otra vez :
El que habla con una, demasiado buena mujer; por angelita, la suelen conocer: "no te preocupes que yo la cuidare" y que verdad es, que de vuelta en casa estoy otra vez.
Y qué contar de ese chico, al que veo por las mañanas llegar, con mucho sueño y pocas ganas de trabajar.
Y en las madrugadas,a 100 metros sus sueños de los míos, hibernaría hasta tal día, que los sueños se le acabarían. Si por él fuera, en la cama viviría toda una vida.
El niñito que enamora al estilo Rafa Mora. El malote que a las niñas traspasa, pero verdaderamente arrasa, (yo sólo digo lo que por mis oídos pasa, jeje)
Posiblemente la persona que lo tiene todo y lo da todo.
Su cariño, su bondad, su gran corazoncito, aunque a veces vaya de chulito, todos sabemos que es un caprichito, un angelito o algo más.
Para ese gigolo, el tremendo y un tanto sosin.
Poco lo veras hablar, sólo cuando tiene algo que contar. Y si le miras, veras una sonrisilla de piyin soltar. Que a veces suele deslumbrar.
El que no me volvera a llamar "leles", nunca jamás, pues si no, se va a enterar.
Un niño, un amigo, un vecino, posiblemente un hermano.
Porque faltan las palabras, con las que poder mencionar esta historia que te quiero dedicar:
Aquel al que nunca podre olvidar, un salva para contar, recordar y mucho más...

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